Hoy he comido con una
amiga y hemos hablado de lo fácil que resulta engañar a alguien que está predispuesto
a escuchar. Nos engañan las grandes
empresas de consumo cuando detectan que tenemos una necesidad, nos engañan los
que ejercen el poder porque necesitamos que nos dirijan, nos engañaron nuestros
padres al hacernos creer en los reyes magos porque necesitábamos soñar, nos
engañan nuestras parejas porque necesitamos creer en el amor eterno,
nos engañan las empresas con sus delirios de grandeza porque necesitamos creer
que se puede llegar y nos engaña la
religión haciéndonos creer en un cielo porque no queremos esfumarnos sin más.
Mark Twain tenía razón: "Es más fácil engañar a la gente que
convencerles de que han sido engañados". Porque a pesar de que
sabemos o por lo menos sospechamos que nos engañan, no renunciamos a soportar listas de espera
para adquirir la ultima innovación tecnológica o para comprar la ultima prenda
de moda, seguimos votando a los mismos
partidos que nos engañan y apoyando a
los mismos poderosos que nos estafan
Nuestros hijos siguen creyendo en los Reyes Magos y nosotros seguimos
pensando que el cielo nos está esperando.
No queremos reconocer que nuestra pareja puede que ya no nos quiera, ni siquiera nos atrevemos a preguntarnos :¿ Cómo es posible seguir creyendo en el
amor si sabemos que siempre acaba? ¿Por qué mezclarse con otro cuerpo, por qué
conocer otra alma? ¿Por que insistir en la máxima unión , en arrancar palabras
que sellen esa unión? ¿Por qué vaciar de contenido las palabras a fuerza de
repetirlas, a fuerza de pedirlas....si sabemos que no existen palabras cuando
lo que tienes que decir desborda el alma ,si sabemos que el beso más dulce es
el que nunca se da, si sabemos que la mayor declaración de amor es la que nunca
se hace; si sabemos que la mayor llama de amor al final se apaga?
Corremos a la perdición
movidos por nuestras anhelos, nuestras fantasías, nuestras pasiones,
pasiones irracionales, sabemos que no son reales pero nos dejamos arrastrar por
ellas con tal de sentir aunque solo sea
un momento, la más dulce y tierna caricia, la minúscula caricia de la ilusión
de algo mejor, la minúscula caricia de la realidad de otro mundo, un mundo
mejor ¿Pero por qué quedarnos en una realidad en la que los únicos que ven
otros mundos son los niños o los locos?
Yo quiero ver otros mundos, quiero ver los espíritus, las
hadas madrinas , los ángeles de la guarda y los reyes magos. ¿ Por que dejaron
de acompañarme? ¿ Por que deje de creer en ellos...,? Las emociones, las ilusiones y
las sensaciones dejan de existir cuando
las cosas en tu vida suceden con demasiada
rapidez, entonces ya no tienes tiempo y
dejas de buscarlas y dejas de
creer en ellas y ya no estás seguro de nada, de nada en absoluto, ni siquiera de
ti misma, solo sabes una cosa: que tienes que seguir corriendo.
Pero yo ya no quiero
correr, tenemos tanta prisa por escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio
de la eternidad que nos olvidamos de lo más importante: La ilusión de vivir, la emoción de sentir.
Pero yo ya quiero
parar; quiero creer lo que veo, quiero vivir
lo que encuentro y quiero sentir lo que
tengo, no quiero dejar esa alegre y confiada ignorancia de enamorarme , de soñar con la noche de Reyes , de comprarme
aquello con lo que siempre he soñado aunque pague más de lo que vale, o de inspirarme
en alguien que ha demostrado al mundo que los sueños se hacen realidad aunque
luego el mito se caiga, porque alguna vez....el mito no se caerá.
Nos aferramos a lo que tenemos y lo queremos hacer eterno y se nos
olvida que un 50% de nuestro bienestar proviene de planes improvisados ,de
cosas imprevistas, de personas inesperadas . Disfrutamos de un viaje porque
nunca antes lo habíamos hecho y de una persona porque sabemos que no siempre la
tendremos. Lo
que hace mágico este momento en que yo escribo y este momento en que tu lees, es que ayer tu y yo no estábamos juntos y
dentro de tres días nos habremos olvidado. Pero hoy y ahora, a mí se me ha ocurrido escribir y a ti se te ha ocurrido leer y en este
inesperado instante, en este imprevisto párrafo y en estas inesperadas palabras, estamos tan unidos tú y yo como nunca
volveremos a estarlo.
Quiero ir más despacio , me agobia la instantaneidad del
whatsapp donde todo el mundo sabe tu ultima conexión, me agobian las cámaras
digitales actuales que disparas 200 fotos, borras 150 y al final no te queda ninguna, me agobia que la gente no pueda esperar unas
semanas para ver su serie favorita y se bajan dos temporadas seguidas de internet,
me agobia ver como la misma gente baja de forma mecánica los libros al ebook,
perdiendo el sabor de sus páginas, el olor de sus letras y el calor de sus capítulos.
Me gustaría volver a escribir cartas y sentir la ilusión de
la esperada respuesta.
Me gustaría volver a llevar las fotos a revelar y sentir la emoción
del esperado resultado
Me gustaría volver a
colocar libros en la librería y sentir el calor y la emoción de sus historias
de un solo vistazo
Me gustaría volver a coleccionar despacio, sin prisas, sin ansias ,
colocando cada cosa en su sitio, incorporando cada persona en su lugar, valorando y disfrutando cada día, cada segundo que soy
capaz de mantener la ilusión de esperar esa cosa, esa persona que me ha costado
tanto encontrar y que tantas ganas tengo de que permanezca a mi lado.
Me gustaría volver a ver más a mis amigos, no en whatsapp, no en
facebook ni en twitter. Verlos en persona, refugiarme en sus silencios, ver la
sonrisa de sus ojos, y oír el lamento escondido de sus voces. Fundirnos en un
lento baile de palabras. Notar el roce de sus manos y la fuerza de sus abrazos
Y sentir como flota en el ambiente el tenue, armonioso y atenazante silbido del
corazón.
Lola esto es un dos en uno!!!!!...se me ha quedado corta la primera parte, la del autoengaño, ¿Quizás la segunda parte es tu/nuestro autoengaño? ¿ por que decimos que queremos vivir el aquí y ahora y luego no lo hacemos? de que huimos? nos estamos engañando? es q el aquí y ahora no nos llena???
ResponderEliminar¿Y qué esperas para escribir esa carta? ¿y para llevar a revelas las fotos que quieres impresas? ¿Y qué necesitas para colocar libros en esa librería?
ResponderEliminar¿Qué necesitas para disfrutar cada día? ¿A qué esperas para volver a disfrutar de esa persona?
Lola, la respuesta está en ti. Sólo en ti.
Tengo una amiga, buena amiga, que decía que "qué fácil que resulta engañar a alguien que está predispuesto a escuchar". No les escuches. Que no te engañen. Tú eres la soberana de tu vida.
Tú puedes hacer con tu vida lo que TÚ quieras. Y eso da miedo. Eso es retante. Y, a la vez, es IMPRESIONANTE.
Besos, Élida
Nos engañan. Es verdad a veces nos engañan, pero quizás hay algo peor, el autoengaño. A lo largo de nuestra vida cambiamos, evolucionamos, crecemos, sufrimos, nos hacemos más fuertes, aprendemos, disfrutamos. ¿Para qué entonces nos aferramos a determinadas cosas? ¿Cómo pretender que las cosas a nuestro alrededor no sigan el mismo proceso? Nos venden amor de película, siempre suenan violines de fondo, pero ¿nos engañan o nos engañamos pensando que ese es el amor que hay que vivir? Quizás sería más sencillo aceptar que las relaciones evoluciona y tener la valentía de descubrir cual es esa evolución. Pero, ¿cuántas veces miramos hacia otro lado porque es incómodo aceptar la verdad o adentrarnos en otra realidad? ¿Para qué lo hacemos? estamos cómodos como estamos, no queremos explorar lo que hay al otro lado, nos da miedo, no es seguro, tiene riesgos…..y entonces aparece este GRAN ENEMIGO…..El MIEDO.
ResponderEliminarCuanto más deprisa vivimos, cuando menos disfrutamos del momento presente, mas espacio le dejamos al miedo. Si viviéramos de verdad lo que estamos haciendo en cada momento, no tendríamos esos miedos porque no fantasearíamos sobre lo que podría haber ocurrido o sobre lo que ocurrirá….
Luego, ¿nos llevará vivir intensamente el momento presente a no autoengañarnos, a no permitir que nos engañen? Yo estoy dispuesta a probarlo, ¿y tu?