Era un Domingo por la noche. Volvíamos de casa de mis
suegra. Después de intentar desempeñar el papel de la perfecta esposa de hijo
mayor, sin mucho éxito, estaba agotada. Los tres niños venían detrás durmiendo.
Mi marido conducía muy concentrado y muy despierto, se había tomado un café
antes de salir. Yo hacía tremendos esfuerzos para mantenerme despierta. Sentía
como los parpados cada vez me pesaban más,
me costaba un triunfo mantenerlos levantados, era como si un campo magnético los atrajera hacia abajo, yo no los podía
controlar, estaban imantados Me quedé
dormida por un instante. Me desperté y vi una luz blanca muy fuerte, estaba
lejos pero venia directa hacia nosotros._! Cuidado con ese coche!, le dije a mi
marido._ Ya, ya lo he visto, me contestó con tono de autosuficiencia . A
continuación me dormí otro instante , abrí los ojos y la luz parecía estar más cerca todavía. _ ¡El coche! grité ,ten cuidado, añadí... _Si
,si, me contestó, el tono de autosuficiencia había pasado al de preocupación. Ya
no pude cerrar los ojos, instintivamente miré a mis hijos, acto seguido volví
la mirada al frente, en el mismo momento que la
luz blanca estaba encima de nosotros, el coche venia por el carril contrario directo
a nuestro encuentro , lo teníamos prácticamente encima , íbamos a chocar, grité
, pensé en mis hijos y cerré los ojos al mismo tiempo que muy despacio pronuncié
¡Se acabó!. No sé si lo dije en voz baja, en voz alta, si lo grité o quizás tan
solo lo pensé .Lo único que se, es que en ese preciso instante mi marido miró
al carril contrario lo vio despejado y giró bruscamente a la izquierda y en ese
preciso instante yo sentí un temblor muy fuerte en el lado derecho ,sentí como
una ola se aproximaba a mi sabiendo que
era imposible remontarla , el mismo zumbido , la misma presión, calor,
mucho calor. Para mi sorpresa no sentí dolor. Y pasados unos segundos abrí los
ojos. Oí a mis hijos gritar ¿Qué ha pasado mama? No sabía que
responderles. Vi a mi marido con la cara
descompuesta abriendo la puerta del coche que se había parado junto al arcén. Acto seguido alguien corriendo se acercó a
nosotros, era un hombre de unos 50 años, bien vestido y la cabeza totalmente
desprovista de pelo, era lo único que brillaba en la oscuridad. Salimos del
coche, el hombre no paraba de gritar :_ Creía que os lo tragabais, a mi me dio
tiempo a desviarme, venia detrás de vosotros, vi como invadió vuestro carril, pensé que a vosotros no os daba tiempo, que no podríais esquivarlo, pensé que
chocabais, que os matabais ¡ Ha sido un milagro !
-Y el otro coche¿ Donde está, donde está el otro coche? Preguntaba mi marido . Se salió
de la carretera, rompió el quitamiedos y no vi mas respondió el hombre...
-¡ Niños quedaros quietos aquí ! ¡No salgáis del coche!, les
ordené. Y los tres, mi marido , el hombre y yo corrimos en busca del coche .... Lo vislumbramos. Estaba
boca abajo. Había dado una vuelta de campana. Mi marido llamo al 112. Oímos gritos.. !Socorro !, gritaban desde
dentro,¡ Ayuda! Mi marido y el otro
señor consiguieron abrir las puertas empezó a salir gente.... De los asientos
delanteros salieron dos chicos estaban ilesos,. De la parte de atrás salieron
dos chicas ensangrentadas, lloraban , gritaban pero parecían estar bien.
Ninguno parecía tener más de 23 años. Falta Natalia, decian ¡¡Natalia!! gritaban
.
Mi marido con el corazón en un puño se metió en el coche, la
sacó, estaba viva. - ¡No me puedo mover! gritaba la ultima chica en salir del
coche,,,¿ Que te duele ?- le pregunte,_ Nada, no me duele nada, pero no me
puedo mover. Natalia tenía el pelo muy largo rubio , la piel muy blanca y con su cuerpo inerte desvencijado en el suelo y manchado
de barro parecía una muñeca de trapo
abandonada por su dueña , era tan joven,
parecía una niña, podía ser mi hija, me estremecí....
_Mi madre... decía lloriqueando..._ Mi madre insistía, no le dije que iba a las fiestas. No me hubiera
dejado... Se cree que estoy en casa de Marta.
-¡ Llamar a mi madre, por favor llamar a mi madre! .... no paraba de gimotear con voz
temblorosa..-No te preocupes cariño yo la llamaré, la tranquilicé... lentamente
y con la respiración agitada me dijo el
numero de su madre y temblando yo lo
marqué ...
_Si dígame. dijo la voz
_¿Hola eres la madre de Natalia?... _Si soy yo, contestó y
en seguida añadió:
_ ¿Quién eres? ¿Qué
ha pasado? Por amor de Dios dime que pasa...
me encanta!!! El leido el anterior antes q este...dos formas de ver el mismo evento....lo de con voz de autosuficiencia queda muy realista!!!;)
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