Muchas gracias a todos
por venir a despedir a Conchita. Nuestra
madre.
Todos los que la conocimos hemos notado que desde el día 27
nuestro entorno brilla menos, hemos perdido su luz y su alegría. Hemos dejado
de recibir sus innumerables llamadas y de oír su voz que para mí era el sonido
más dulce y melodioso que alguien podía entonar. Siempre nos despertaba
cantando. Hemos dejado de ver su sonrisa y hemos dejado de sentir sus besos y
abrazos. Cosas que nos daba, que nos parecían
tan cotidianas y tan naturales pero ahora que nos faltan, las echamos tanto de menos...
Cuando estaba en el hospital en una ocasión le pregunte ¿Qué
era lo más importante para ella en la vida? , me contesto que no achicarse por
nada, no perder la alegría, pero sobre
todo el cariño...
Mama no me puedo creer que hayamos perdido tu cariño, tienes
que estar cerca y seguir queriéndonos porque hay cariños que van más allá de la
muerte, del espacio y del tiempo. Cariños que aunque sean invisibles, nunca se acaban,
están presentes traspasando las dimensiones y las leyes de la vida. Esas leyes que te gustaban
tan poco...
Me acuerdo que siempre me decías: "María Dolores cuando
me muera no digas la edad que tengo porque la gente va a decir..." Bueno ya
era mayor, ley de vida... y no les voy a dar ninguna pena". No mama la
pena y el dolor no entienden de edades, ni de las leyes de la vida. Y ahora el
dolor de tus hijos, de tu familia, de tus
amigas es infinito y no encuentra
consuelo en ninguna ley de vida.
Eras tan positiva mama.
Siempre me decías…
¡Qué suerte he tenido con mis padres; han sido maravillosos y un ejemplo a seguir¡
¡Qué suerte he tenido con mis amigas; son tan nobles y tan buenas¡
¡Qué suerte he tenido con mis nietos; mis hijos y mi marido
son extraordinarios y nunca me han dado un disgusto¡
Hace poco me decías la suerte que habías tenido con el portero de tu casa que era magnifico y últimamente hasta me decías que suerte habíamos tenido al encontrar esos pañales tan absorbentes y tan cómodos.
La semana pasada me decías, María Dolores yo que nunca he
estado mala, que raro que ahora me
encuentre tan débil, bueno se me pasara... y en cuanto se me pase saldremos a
la calle, a comer por ahí y lo celebraremos todos juntos. Siempre encontrabas
una excusa para celebrar algo!!! Te
encantaban las celebraciones...
Y eso estamos haciendo ahora mama celebrando que estás en un
sitio mejor y que desde allí con la fuerza y la luz de tu mirada nos haces un
guiño y con el eco de tu dulce voz nos dices... "Qué suerte tengo de estar
aquí, que bonito es el cielo y con mi marido, mis padres y tan cerca de Dios
estoy admirablemente, estoy feliz....pero no os olvidéis de llamarme todos los días"
“No te preocupes mama todas las noches te llamaremos al
cielo"
Pero sobre todo
estamos celebrando… "Que la suerte la hemos tenido todos los que te hemos
conocido , por poder disfrutar de ti,
porque tu nos has dado vida, esa vida que hace unos días me decías que no querías
perder, esa vida que con tu alegría has
infiltrado en nuestras almas y que
gracias a ella ,aunque rotos de
dolor por dentro, ahora somos todos un poquito más optimistas, algo mas cariñosos y
sobre todo mucho, mucho más alegres !!"
Gracias mama, no nos abandones nunca....
Nos has emocionado con tus palabras tiernas y cariñosas. Has hecho que sintiéramos la presencia de Conchita tal y como era. Estoy segura que si lo ella hubiera escuchado se hubiese emocionado igual que mi hija y yo.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, Bili
Felicidades, Lola por la gran madre que has tenido, por tu escrito, por lo bien que lo has leído ( hasta Nacho me lo ha comentado)por tu fortaleza, por la gran cantidad de amigos que la queremos y te queremos.
ResponderEliminarTe he visto muy bien y eso me alegra mucho.
No todos tenemos tu facilidad de palabra, pero me consta que has conseguido llegar a todos nuestros corazones.
Por todo ello, mi más sincera admiración y nuestro gran cariño.
En mi casa siempre será LA ABUELA CONCHITA. Con todo lo que de entrañable tiene la palabra "abuela"
��������������������������������������
Marisa
Maria Dolores, qué palabras tan bonitas y tan ciertas!!. Sin duda, tu madre, mí tía Conchita, ha sido un ejemplo de alegría, y positividad en la vida. Y tú, con tus bellas palabras, nos has revelado parte del secreto de su felicidad: vivir intensamente la vida, no dejando pasar ninguna circunstancia, y, sobre todo, estar agradecida a todas y cada una de ellas: a su familia, sus amigas, sus tardes en Viena Azul, su portero, y lo último, a esos pañales tan absorbentes y tan cómodos….La suerte de mi tía Conchita ha sido saber saborear todos y cada uno de los momentos de su vida. Yo le pido a Dios que me de esa conciencia y me haga estar tan atenta y tan agradecida a la realidad como siempre lo ha estado mi tía Conchita.
ResponderEliminarAurora
Hoy es tu santo mama. He pensado en llamarte pero no se donde llamarte, he bajado a comprarte un regalo pero no se donde llevártelo, he ido a tu casa a ayudarte a poner la mesa pero la casa está vacía....
ResponderEliminar¿Donde estás mama?.
Se que nos estás mirando desde algún lugar, que no te has ido del todo, que no nos has dejado solos pero..
¡¡No sé en que lugar, no me lo dijiste, no me esperaste, no nos despedimos..!!
Se que hoy estas esperando que te felicite, que te lleve un regalo, que te de un beso...
Donde quiera que estés Felicidades Mama,,,, Hoy solo es fiesta en el cielo....