sábado, 30 de abril de 2016

EL DIA VEINTISIETE DE CADA MES A LAS OCHO DE LA TARDE


Mi madre había muerto y para mí el mundo se había parado. O mejor dicho el mundo seguía girando pero yo ya no giraba con el ..me movía a la deriva , en una especie de inercia semejante a la existencia en el vacío cósmico. Flotaba de aquí para allá en una atmosfera sin gravedad, porque mi centro de atracción, aquello que todo mi vida me había marcado el norte había desaparecido y en esos momentos yo no sabía dónde estaba el norte, cuál era mi norte

Solo  tenía claro dos cosas, por las muchas veces que mi madre me lo había repetido.. Una  era que tenía que estar muy unida a mi hermano y la otra que su funeral tenía que ser  en la parroquia del Sagrado Corazón. Una mañana que me encontraba con fuerzas decidí ir a la parroquia para cumplir los deseos de mi madre y a medida que me iba acercando iba notando una agradable sensación de cobijo, en esa iglesia me había casado, había bautizado a mis hijos y cientos de veces había ido de pequeña con mis padres, e  iba notando como volvían por los caminos de la memoria recuerdos de felicidad y ternura de aquellos años.



 
 

 Al llegar vi al cura que me casó, era el padre Manolo,  pensé que era la persona adecuada para decir la misa de mi madre, pero enseguida  me di cuenta que no estaba solo. A su lado había otra persona, otro sacerdote, debía ser el párroco ,un hombre corpulento de pequeños y brillantes ojos marrones, nada más verle me miró y curiosamente me sentí reconfortada ,instintivamente  me acerque a él y no al cura que me casó.
Le conté que mi madre había muerto y quería hacer el funeral allí el próximo Viernes. No  dijo nada, ni siquiera habló   pero  mirándome  me agarro del brazo  y sentí como una oleada de aire cálido rompía  el gélido entorno en que se había convertido mi mundo .No pude evitar que  las lagrimas se me empezaran a agolpar en los ojos , no pude evitar que una se me escapara, y no pude evitar que por unos segundos buscara cobijo en sus brazos . Al retirarme vi que me sonreía con los ojos,  y yo le devolví la sonrisa. Fue un pequeño instante pero un gran momento. EL cura que me casó, el padre Manolo, tras contemplar la escena ensimismado se ofreció enseguida  para oficiar  la misa ese Viernes. Pero  ya llegaba tarde, porque  con la instantánea claridad de un relámpago supe lo que hasta entonces no había sabido y  automáticamente dije:
  _Padre Manolo muchas gracias pero  no quiero molestarte, se que a esa hora y ese día tienes confesiones, por eso creo que sería mejor que dijera la misa el párroco y según pronunciaba estas palabras volví la cara hacia él y clave mi húmeda mirada en sus pequeños ojos marrones , ojos que  enseguida asintieron y en un rapto de debilidad consentida  añadió:
  _Si Manolo yo diré la misa y tu atenderás las confesiones. Lo dijo sin vacilacion y con tal convicción que el padre Manolo no pudo decir nada más. . 
 Y a partir de ese momento preparamos la ceremonia juntos, elegimos las canciones, le enseñé la carta que queria leer a mi madre, conoció al resto de la familia y hablamos mucho, esas charlas me aliviaron el profundo dolor que sentía.
 Y cuando llegó el día,  al oír las palabras que le dedicaba a mi madre, sentí que me llegaban directas al alma y   que así  intercaladas y mezcladas  con las que decían mis hijos,  con las que yo decía, las guardaría para siempre muy dentro de mí,  ..Sentí que mi madre estaba allí, que todavía no se había ido , que quería esperar , retrasar su partida para compartir con nosotros su despedida ...Creo que de alguna forma le pidió a Dios una prórroga para estar entre nosotros por última vez … Y allí estábamos todos en una despedida alegre, cercana y emotiva y sentí que antes de irse quería dejarme protegida,  quería dejarme ángeles de la guarda para que me cuidaran en su ausencia… El párroco era uno de esos ángeles.. desde entonces cada día 27 fecha en que murió mi madre… iba a su misa, a su parroquia, era una especie de pacto  y cada vez que me acercaba al altar y comulgaba de su mano, me sonreía con los ojos,  nadie más  lo notaba, solo yo lo sabía. Y cuando acababa la misa iba a Sacristía, allí charlábamos un rato mientras se quitaba la casulla y la estola…luego salíamos a la puerta…y al aire fresco yo le hablaba de fondos de inversión  y el se fumaba un cigarro… y así todos los 27 de cada mes :misa, charla y cigarro…cigarro , charla  y misa. Fondos de inversión, envueltos en humo a la salida de la iglesia. Me gustaba esa combinación. Un cura fumador y una hija que llora a su madre. Me volvía a sentir vinculada a la iglesia, sabía que volvería todos los 27 y sabia que el siempre estaría allí , siempre a las 8 de la tarde, en su querida parroquia, y con su querida virgen…que ya también eran mi querida parroquia y mi querida virgen. Y me agarre a eso, no quería perderlo. Notaba que se alegraba de verme . Es tan reconfortante notar que alguien se alegra de verte   Así paso un año  y medio, nos veíamos cada 27, era el único día que yo iba a misa.. El decía :"algo es algo" y yo decía: "algo es algo". Pero "ese algo" me gustaba, "ese algo" era un pequeño refugio, "ese algo" era un espacio en el mundo que hasta ese momento no conocía, esa pequeña iglesia y ese cura fumador  me ofrecían la seguridad que había perdido  , ahora pertenecía a su parroquia, era mi párroco, estaba más cerca de Dios
 Falté dos  días 27 y las dos veces me llamo extrañado y preocupado, y como yo no  daba señales de vida, él insistía con mensajes    y me decía:  ¡Ya está bien de vacaciones quiero saber algo de ti! o ¿Tan bien te va que te olvidas del mundo?
La última vez que le vi, en la misa del  27 de Febrero, le dije que fumaba demasiado, que tenía que dejarlo, que no se cuidaba  ,estaba preocupada.  El me dijo que no me preocupara que ya le habían operado de pulmón y que todo dependía de Dios, que si le necesitaba en el cielo le llamaría y que si le necesitaba en la tierra le dejaría… por ahora parecía que le necesitaba más en la tierra porque todavía seguía aquí y ya casi tenía 70 años, lo decía de tal forma que siempre me hacia reír
El 27 de Marzo estaba de vacaciones fuera de Madrid. No pude ir. Le mande un mensaje para decírselo. No me contesto. Me extrañó.
El 27 de Abril tenía muchas ganas de verle, de contarle que había decidido hacer algo que no hacía desde niña, y que el siempre me había animado a hacer. Por fin estaba segura,  quería confesarme y quería hacerlo con él. Estaba tan ansiosa que llegue 15 minutos antes de tiempo.  A las ocho en punto apareció el padre  Manolo, me dio un vuelco el corazón ,  busque por toda la iglesia, confesionario, altar, sacristía...el no estaba, no había venido. Mire el móvil. Su última conexión: 20 de Marzo. Hacía más de un mes.  Una sacudida emocional me paralizo unos segundos. El padre Manolo  empezó a hablar y a medida que avanzaba en la homilía la angustia se extendió  por mi cuerpo  como una mancha de aceite que se extiende lenta e inexorablemente por el mar . Ya no oía lo que decía el padre Manolo.  Ya solo había silencio. Y un escalofrió me  recorrió el cuerpo ¿ Por qué Dios mío? Le necesitamos aquí. Tu no lo necesitas todavía y nosotros sí. No te lo puedes llevar a el también. Sin despedirme no. Sin decirle que teníamos un pacto , los días veintisiete, a las ocho de la tarde , media hora, solo media hora, una vez al mes . Sin decirle que los pactos no se rompen. Sin decirle que me tenía que confesar aunque solo fuera una vez.  ¿Por qué ?  ¿ Por qué te empeñas en quitarme los puntos de apoyo…?¿ Por qué le dejaste fumar?… ¿ Por qué no me mandaste una señal para que viniera antes?.  Y entonces me di cuenta  que no podía evitar que  las lagrimas se me empezaran a agolpar en los ojos , que no podía  evitar que se escaparan una detrás de otra, que no podía evitar que esas lagrimas derramadas subrayaran su ausencia y no pude esperar a que acabara la misa ... salí corriendo de la iglesia , baje las escaleras y llegue a Secretaria....
_¿ Esta el párroco?
_No, no esta
_¿Dónde está? .Hace mucho que no le veo, estoy preocupada, ábrame la puerta por favor
_ Me marchaba ya ... pero... pase un momento..
_ ¿Qué le ha pasado? dígame ...¿Le ha pasado algo? ¿verdad?
_ Si .Le ingresaron el 20 de Marzo. Está en la UVI muy grave,
_ Suspiré aliviada, estaba vivo y añadí:
_ ¿Donde está ingresado? Tengo que ir a verle
_ Lo siento no puede hablar le hicieron una traqueotomía, lleva un mes sedado y están prohibidas  las visitas...si quiere llame en unas semanas..
Me quede hundida ...
Y en ese instante supe  que ya ninguno de los dos volveríamos a la parroquia, que ya nada sería igual
 Y en ese instante  supe por qué hay días señalados, por qué hay días que son como hilos de vida...... Porque esos hilos de una fuerza invisible  atraviesan el  espacio y el tiempo y te unen para siempre a los seres que has querido y que has perdido, porque esos días abren misteriosos caminos por los que vuelven el cálido abrazo de una madre o  de un cura que sonríe con los ojos.
 Y en ese instante  supe que este donde este y pase lo que pase esos infinitos hilos de vida siempre me acompañarían .."El día veintisiete de cada mes a las ocho de la tarde"
 

3 comentarios:

  1. estoy llorando..Lola!!!
    menos mal que has vuelto, te echaba de menos...
    bss

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  2. Es alucinante el tetris de la vida, como una cosa lleva a otra... me gusta como buscas el significado de cada cosa...como le das valor y como resaltas los sentimiento...

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  3. No nos ausentes de ti tanto tiempo. He encontrado tu blog por casualidad, y la sensibilidad de tus palabras es conmovedora.

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