domingo, 28 de febrero de 2016

LA CHICA DEL KILIMANJARO




-¡Espere un momento!!  -¡Mierda ¡¡ -! Se me ha escapado ¡

 Ahora tengo que esperar …Pero la reunión y mi jefe no me van a esperar, pensé cabreada -¡El otro ascensor! - ¡Luz verde! -¡Está aquí !-  ¡Menos mal!.

 Entro corriendo en el ascensor y pulso  el número 6, cuando se están cerrando las puertas con el rabillo del ojo veo que alguien se acerca…Lo siento, pensé , pero llegas tarde, ahora te jodes tu.

Estoy sola. Me doy la vuelta ,saco la barra ,me miro en el espejo  y me pinto los labios. ,.¡Bien! ¡¡Preparada para la reunión.!! Mi presentación tiene que ser la mejor , pienso confiada

Pero de repente el ascensor se para, me doy la vuelta, guardo la barra de labios en el puño de mi mano. Se ilumina el numero 1. Todavía en el primer piso y además se para, menudo coñazo digo en voz alta sabiendo que nadie me oye.


Se abren las puertas entra una chica con uniforme. En el bolsillo de un delantal lleva un bote de cristasol  y debajo del  hombro un plumero. En las manos , sujetándolo con desproporcionada delicadeza para su  basto aspecto, lleva  una pequeña planta de luminosas hojas verdes

Me mira , tiene algo especial reflejado en la pupila de unos ojos vivos, tan claros que iluminan el pequeño habitáculo donde estamos  pero no puedo precisar si son verdes o azules. Me sonríe, una dentadura blanquísima y unas paletas ligeramente separadas me recuerdan a los picos del Kilimanjaro  Después baja la mirada . Se sonroja.

¡Qué pena! Pensé, tan mona y chica de la limpieza.  Y no sé por qué le dije:  _¡Que planta más bonita!

Volvió a levantar la vista y me miró. La expresión de su cara era tan alegre, se la veía tan contenta.   -Es la flor del dinero , me dijo  con orgullo.  -Dicen que tiene poderes mágicos para atraer la fortuna  y con sencillos cuidados  crece muchísimo, solo necesita un poquito de agua y si le da el sol le  salen unas flores tan blancas como la nieve del Kilimanjaro , añadió con una voz aniñada.

 La miré sorprendida por la coincidencia y  riéndome pensé : Que sabrá esta pobre chica del Kilimanjaro, aunque acto seguido me pregunté a mi misma ¿ Que sabrás tu?

-En cuanto tenga un rato iré a una floristería y me compraré una igual para decorar  la ventana de mi despacho, le dije con tono afable

Y al instante me dijo: _ No por favor,  quédese con esta, yo la iba a trasplantar, es un esqueje de una planta mucho mayor, ya verá con qué facilidad agarra en su ventana.

Y mientras me extendía la mano haciéndome tan inesperado ofrecimiento yo le decía que no, que no consentiría que me la diera… Y mientras ella insistía yo me quedaba perpleja …Y  mientras se abrían las puertas yo  cogía la planta sorprendida e ilusionada

 Y mientras ella salía haciéndome un gesto con la mano  yo intentaba darle las gracias... pero las puertas se cerraron antes de que pudiera articular la primera palabra

 No me había fijado en que piso se había bajado , había desaparecido como un trozo de hielo expuesto a la luz del sol y yo ni siquiera le había dado las gracias. Llegue al  sexto piso,  me miré las manos, tenía una barra de labios  en una  y una  pequeña  planta de luminosas hojas verdes  en la otra.  Sonreí .  Salí muy despacio del ascensor. Ya no me preocupaba llegar tarde a la reunión. Antes de volver a casa buscaría a la chica del Kilim




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