sábado, 12 de diciembre de 2015

BEBER SANGRIA


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Acerque el vaso a mis labios, y antes de que me envolviera su embriagador aroma  ya había dado el primer  trago. Note como un ligero y agradable sabor a canela endulzaba mi garganta. Y mientras  el líquido  se precipitaba  por mi esófago y antes de que  se acomodara  en mi estomago  ya había dado el segundo trago,  ahora no sabia a canela, ahora solo notaba la acidez del limón y el suave toque que da el  melocotón....

 Me atreví  a dar el tercer trago y percibí la  refrescante sensación de  las burbujas  estallando en ese enigmático sabor del vino  mientras  resbalaban  por la parte alta de mi garganta.  Me picaba el paladar. Me escocían los ojos. Y sin embargo una agradable sensación de inquietud se empezó a apoderar de mi , empezaba a reconocer el cálido efecto que noto cuando estoy contigo.

 Siempre dices que no hay nada como congeniar mucho con una persona y hablar con ella durante una comida  para diluir los problemas . Y siempre dices que nadie congenia más que tú y yo.
 Miro a mi alrededor, el restaurante es el mismo, aunque hoy hay  menos luz.
La  misma mesa  debajo de la ventana ,como todas las veces que me has traído aquí, aunque hoy hay  una incómoda corriente. 
 Siempre dices que para que la conversación fluya mas fácilmente hay que regarla con una  buena jarra de sangría durante la comida
 Pues aquí esta, coronando la mesa una  jarra rebosante de sangría, además hay una cascara  de limón hábilmente enroscada en el borde, justo como a ti te gusta. Aunque hoy  está más fría .
 Y siempre   dices  que  después de la conversación y de muchos tragos  viene lo mejor: Las risas. Por eso doy el cuarto trago hasta vaciar la copa ,  ya no siento frescor cuando la sangría recorre mi garganta y mi esófago,  ahora  siento que en su alocado descenso me quema y deja en llamas todo el recorrido.  !!Buena señal !! Porque según tu teoría el momento "en  llamas" es el mejor porque es el preciso instante en que nos reímos por todo.
 Nos reímos porque el camarero es tan delgado que parece una cerilla, porque se te han olvidado las llaves dentro de casa, porque los señores de la mesa de al lado no paran de mirarnos con cara de conquista  o  porque te he invitado a comer pero como no tengo dinero, tienes que pagar tu.
Me estoy partiendo de risa cuando de repente el camarero se acerca. Hoy no me parece una cerilla. ¡Quizás haya engordado! _ Pienso mientras se para enfrente de mí.
_ Disculpe señora vamos a cerrar_ Me dice con voz compasiva.
_ ¿Cómo dice ?_ Le contesto de forma incrédula 
  _Que cerramos Señora _Insiste con un tono menos compasivo
 Casi todos los días " El cerilla" nos acaba echando pero  siempre dice: "Señoras".  Sin embargo hoy ha dicho: "Señora".
 Señora, ha dicho Señora en singular... ¿ Por qué ?  ¿ Estoy sola?  De repente noto como si un trozo de hielo se hubiera escapado de la jarra y me  hubiera caído en el corazón... ¿ Dónde estás mama? 
Y entonces me acuerdo que no estás....

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